Los blogs están de moda. Es una realidad. Internet irrumpió con fuerza en nuestras vidas y nos trajo un nuevo estilo de democracia con el que no podíamos soñar. Cualquiera podía decir lo que quisiera en este nuevo universo virtual, y eso era maravilloso. Con el tiempo, esa masa comenzó a estratificar y jerarquizar, y producto de ello son los nuevos medios online. Y uno de ellos, aquél usado para crear bolsas temáticas, es el blog.

¿Cuántos blogs conocéis? Un mínimo de diez, ya que han medrado con mucha facilidad debido a la simpleza de su funcionamiento: alguien quiere compartir su experiencia, interés o conocimiento en algo, y lo hace. Ya está. Además, con su anexión, colaboración y relación en las redes sociales, el crecimiento de sus públicos nunca se ha visto en mejor momento.

Ahora bien, ¿qué razones podemos encontrar para pasar de ser espectadores a colaborar activamente en esta red? Aquí compartimos algunos de los motivos que en Esfera Textual hemos encontrado tras años de experiencia trabajando con estos medios.

APRENDER

Hay quienes afirman que los analfabetos de este siglo serán aquellos ajenos al mundo de la programación. Por suerte, el uso de ordenador se ha naturalizado con asombrosa rapidez. Ahora bien, la mayor parte de la gente no pasa de mirar el escaparate que ofrece, sin acercarse a él más que para ejercer una interacción informativa u ociosa. No obstante, aquellos que deciden ayudar en la creación de contenido para esa pantalla se encontrarán con que hay un mundo muy variado y lleno de herramientas detrás.

Colaborar en la creación de contenido web suele significar colaborar con Google, buscador por excelencia. Él tiene sus reglas, la mayoría generales y compartidas por otros buscadores, y conocerlas hará que nuestra aportación aparezca en la primera pestaña, en la novena, o en la trigésimocuarta. Por ejemplo, el concepto de SEO (Search Engine Optimization) es algo que rápidamente forma parte de tu actividad, si quieres realmente tener cierto peso en el mundo internáutico, y ser mínimamente visible. ¿Pero dónde enseñan SEO? Aún con los cursos de Google Actívate, la enseñanza se asimila con la práctica, por lo que si no usas una herramienta blog (Google prefiere y anima al uso de WordPress, por ser el que tiene más optimizado) de forma habitual, a la hora de la verdad no estarás curtido en la redacción web eficiente.

Como no es lo mismo saber escribir para una web, que crear y mantener una web, comenzar tus andaduras por medio de colaboraciones es una opción ideal para coger práctica, aprender a manejar una interfaz de redacción online, y desarrollar las competencias necesarias para poder guiñar un ojo a Google con picardía.

MEJORAR TU EXPRESIÓN

Sí, puede encantarnos leer. De hecho, aprendimos a leer leyendo, y mejoramos en ello del mismo modo. Con la escritura para lo mismo. Aprendes a escribir escribiendo, y mejoras tal que así. Ser correcto a nivel ortográfico no implica ser elocuente ni elegante a nivel escrito. Esa fluidez y mejora de estilo se consigue a base de práctica.

Pero cuando se trata de escritura para contenido web la cosa va un paso más allá: hay otras normas de estructura, conceptos y preferencias que deberán ser tomadas en cuenta para que nuestro contenido sea visto por un mayor número de internautas. Por ejemplo: ¿tiene tu contenido una buena palabra clave? ¿Aparece esta en el título de tu contenido? ¿Y en el primer párrafo? ¿Tienes más de un 25% de frases de más de veinte palabras? ¿Estás usando conectores? Estas son algunas de las preguntas y recomendaciones con las que Google revisará tu contenido para decidir en qué puesto lo debe colocar.

Con el tiempo, muchas de estas cuestiones se automatizan. Pero si no te enfrentas a estas revisiones, no serás capaz de interiorizarlas para sacarles el máximo provecho. Una vez lo hagas, pasarás de  guiñarle un ojo, a bailar un tango con Google.

DESARROLLAR ANÁLISIS Y CRITERIO

Desde fuera la percepción de los contenidos en Internet se ve mucho más fiable que en su trastienda. Al igual que cuando en un restaurante nos sirven una comida tenemos fe en que haya sido tratada con el respeto y la higiene merecida, los mensajes y conocimientos transmitidos a través de la red parecen seguir una premisa similar. Hay cierta fe innata en confiar y creer aquello que la pantalla nos dice, la mayor parte de las veces de forma anónima.

El pasar a interactuar de un modo más bidireccional con la red nos ayuda a ganar experiencia y criterio, desvelándonos las estructuras que nos hacen llegar la información, y pudiendo distinguir cuáles son más fiables que otras. Esto es especialmente recomendable para no dejarnos llevar por información falsa y potenciar nuestra habilidad investigadora, ya que casi siempre tendremos que recurrir a otros medios en búsqueda de información auxiliar que respalde nuestro discurso.

CONOCER PERSONAS

La diferencia entre colaborar en un medio y andar por la red en solitario es que en el primer paso formas parte de algo mayor que tú. Eres uno más, único e irrepetible, que aporta su faceta, estilo y toque, enriqueciendo un todo diverso y plural. Leer los artículos y contenidos (recordemos que también existe contenido audiovisual y gráfico) de tus compañeros y otros colaboradores de tu mismo medio te dará otros puntos de vista y actitudes frente a un campo común.

Este enriquecimiento también se extiende a aquellos que no crean en el mismo ámbito que tú, pero que se dedican igualmente a volcar nuevo contenido a la red. Si escribes en un blog sobre viajes, ¿qué pautas siguen los del blog de manualidades? ¿Y los de fitness, qué intereses tienen? Conocer otros campos no sólo te ayudará a tener una visión más global, sino que te dará pistas sobre nuevos temas y modos de acometer tu discurso. Recuerda: un artículo original es mucho más ameno que otro que repite lo que ya puede encontrarse en la web.

COMPARTIR

La razón principal para colaborar en un blog, no obstante, es mucho más sencilla: tienes algo que decir, y quieres decirlo. En nuestros días se ha demostrado que un gran mensaje no tiene por qué salir exclusivamente de aquellas mentes formadas y estudiosas, sino que suele nacer del apasionado, de aquel que ama lo que hace. La actitud de este individuo es encomiable y admirable, ya que desea que ese conocimiento que a él le es útil y hace feliz, ayude a otros.

Si tu vida te ha llevado a tener que rememdarte la ropa para ahorrar dinero, y al final has visto que te ha sido útil durante años y que vistes cosas renovadas muy originales… ¿Por qué no compartirlo? O desde tu infancia has tenido diabetes, o intolerancia al gluten… ¡Pero has aprendido a comer de maravilla sin tocar los alimentos prohibidos! ¡Busca la forma de que otros lo hagan también!

Colaborar en un blog es una experiencia bonita, por la satisfacción que trae ver que cientos de personas han leído algo que has escrito de corazón, y que ahora ha hecho su vida más interesante. Y eso, es más que una gran idea.